por Consuelo Rehbein
El pasado jueves 8 de abril Rusia y E.E.U.U firmaron un nuevo tratado “START”. Se trataría del tercer tratado de este tipo y su principal misión es reducir el arsenal atómico que poseen ambas naciones, además de tratar temas que quedaron pendientes en los anteriores tratados de este tipo. START III busca reducir el armamento nuclear en un 74% más que START I. Para lograr esta meta se ha fijado un periodo de 7 años y una vez que se cumpla este periodo se espera un próximo tratado que disminuya aún más este tipo de armamentos.
Los tratados START (Strategic Arms Reduction Treaty, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) consisten en una serie de medidas que buscan el desarme, tras mutuo acuerdo, de EE.UU. y Rusia. Esta centrado en las armas nucleares y ha ido modificando sus metas a través de los años.
El primer tratado data de 1991, cuando se daba por terminada la Guerra Fría entre estas dos potencias. Fue propuesto por el entonces Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan y se firmó el 31 de de julio de 1991, cinco meses antes de que cayera la Unión Soviética. El tratado en sí, promovía eliminar armamento nuclear en ambas naciones, limitó la cantidad de bombas y de plataformas de lanzamiento (sea misiles, aviones u otros) a 6000 cabezas nucleares y 1600 plataformas.
Luego en 1993 nace la idea de START II. A diferencia del primer tratado, buscaba limitar de una manera más específica las armas nucleares. Dentro del tratado se mencionaba a los misiles ICBM(Intercontinental Ballistic Missile), misiles intercontinentales de gran potencia. Conesto se buscaba limitar la cantidad de cabezas nucleares que podían llevar estos misiles y la cantidad de estos mismos.
Para comprender un poco más del tema, vale explicar que una cabeza de un misil, corresponde a una bomba dentro de éste. Los ICBM podían contener varias bombas o cabezas en su interior, pudiendo atacar hasta 10 blancos distintos con una sola detonación. La potencia de armas así es grandiosa considerando que tienen un uso estratégico de gran calidad.
Un misil ICBM aparte de poder llevar varias cabezas que contengan bomba, pueden llevar varias cabezas que lleven bombas señuelo, por ende un radar que detecte las bombas del misil, no podrá saber cuales detonaran
como arma nuclear y cuales lo harán como una simple bomba de señuelo.
En START II se buscó perfeccionar el primer tratado, ya que la naturaleza de estas bombas debía ser controlada, sumándole además el costo que significaría seguir bombas por radar, para que finalmente terminen siendo un señuelo. Eran armas de con alta funcionalidad estratégica.
Luego en 1993 nace la idea de START II. A diferencia del primer tratado, buscaba limitar de una manera más específica las armas nucleares. Dentro del tratado se mencionaba a los misiles ICBM(Intercontinental Ballistic Missile), misiles intercontinentales de gran potencia. Conesto se buscaba limitar la cantidad de cabezas nucleares que podían llevar estos misiles y la cantidad de estos mismos.
Para comprender un poco más del tema, vale explicar que una cabeza de un misil, corresponde a una bomba dentro de éste. Los ICBM podían contener varias bombas o cabezas en su interior, pudiendo atacar hasta 10 blancos distintos con una sola detonación. La potencia de armas así es grandiosa considerando que tienen un uso estratégico de gran calidad.
Un misil ICBM aparte de poder llevar varias cabezas que contengan bomba, pueden llevar varias cabezas que lleven bombas señuelo, por ende un radar que detecte las bombas del misil, no podrá saber cuales detonaran
como arma nuclear y cuales lo harán como una simple bomba de señuelo.
En START II se buscó perfeccionar el primer tratado, ya que la naturaleza de estas bombas debía ser controlada, sumándole además el costo que significaría seguir bombas por radar, para que finalmente terminen siendo un señuelo. Eran armas de con alta funcionalidad estratégica.
A su vez, buscaba limitar el número de cabezas de estos misiles, ya sea bombas o señuelos, lo cual restaba balance entre ambos países, ya que al permitir el uso de estos misiles, pero con una potencia reducida, el que tuviera mejor defensa antimisiles podría verse tentado a lanzar un ataque. Hubiese sido mejor que simplemente se prohibiese el uso de este tipo de misiles.
Estados Unidos no estaba dispuesto a abandonar dicho desarrollo tecnológico, ya que Rusia no era el único país con armamento nuclear. Países como Corea del Norte e Irán también tenían armas nucleares y el país del norte consideró que no desarrollar los escudos antimisiles podría significar un riesgo.
Por esto y otras razones, EE.UU. finalmente renuncia al tratado ABM en 2002, algo a lo que Rusia se opuso fervientemente. A causa de todas las discusiones respecto a este tema, hace bastantes años que se venía hablando de la creación de un nuevo tratado. De hecho el proyecto de crear un START III estaba en conversaciones desde el año 1997.
Pero no es que no existiesen más tratados al respecto. A causa del fracaso de START II surgió también otro tipo de tratado llamado SORT. Con éste ambas partes (Estados Unidos y Rusia) se comprometieron a abandonar las líneas generales del anterior tratado. En su lugar se comprometieron a recortar unilateralmente la cantidad de cabezas nucleares.
Dado a que START II fracasó, START I continuó en vigencia hasta la fecha que se había establecido. El tratado perdió vigencia el 5 de noviembre de 2009 y START III lo reemplazó hace una semana.
El nuevo tratado retoma ciertos temas que quedaron pendientes en sus antecesores, como la cantidad de cabezas de los misiles, sobretodo los ICBM.
En esta ocasión, EE.UU y Rusia se comprometieron a reducir su arsenal atómico en dos tercios, lo que supone limitar a 1550 ojivas el arsenal de cada una de las partes y a 800 lanzaderas de ICBM y SLBM (misiles balísticos submarinos, similares a ICBM). También se busca reducir los bombarderos pesados equipados con armamento nuclear.
Se disminuirá también el número de bombas ICBM y SLBM en sí (no sólo sus lanzaderas), y se reducirá la cantidad de bombarderos nucleares desplegados u operativos a 700 unidades operativas. El límite que impone el nuevo tratado es un 74% más bajo que el establecido en el tratado START de 1991.
Estas medidas serán vigentes durante 7 años a partir de la fecha en el que el nuevo tratado toma fuerza de ley y por ende vencerá el 8 de abril del 2017, cuando se estudie el desarrollo de un nuevo tratado START.